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Homenaje a Paulo Freire en el día de su cumpleaños

martes, 23 de junio de 2009


19 de Septiembre de 2009

Por Francisca Salas Acuña

Paulo Freire nació el día 19 de Septiembre de 1921 en Recife, Brasil. Desde pequeño conoció la pobreza durante la depresión de 1929 en su país, y es de estas vivencias que posteriormente adopta su óptica educativa.

Freire ingresó a estudiar en 1943 filosofía y psicología del lenguaje en la facultad de Derecho de la Universidad de Recife. En 1946 llegó a ser Director del departamento de Educación y Cultura del servicio social del estado de Pernambuco, donde se entregó principalmente a trabajar con gente pobre que no sabía leer ni escribir. En ese entonces, el analfabetismo era un impedimento para ejercer el derecho a voto. En 1961 fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife, y al año siguiente puso sus teorías en practica alfabetizando a trecientos trabajadores de plantíos de caña de azúcar en sólo cuarenta y cinco días: en respuesta a estos resultados, el gobierno brasileño creó miles de círculos culturales en todo el país.

Tres años más tarde, en 1964, Brasil sufre un golpe de estado (en el que se derrocó al izquierdista João Goulart) y debido a que los métodos de Freire resultaban un peligro para la dictadura militar, pues uno de los más importantes objetivos de la educación de Freire era concientizar a la gente acerca de su realidad y rebelarse contra ella, él es encarcelado durante setenta días acusado de traición.

Paulo Freire estuvo durante cinco años de su exilio radicado en Chile, donde trabajó para el gobierno demócrata-cristiano del presidente Eduardo Frei Montalva; realizando la misma labor que en Brasil le había costado el exilio y obteniendo también resultados óptimos. En sólo dos años del programa de alfabetización Chile recibió una distinción de la UNESCO por ser una de las naciones que mejor se había sobrepuesto al analfabetismo (Palacios, 1999, p. 523).

Desde los comienzos de su carrera, Paulo Freire estuvo estrechamente vinculado a las clases más pobres, la clase que él mismo denomina “oprimida”. En un intento por superar las condiciones de vida de los oprimidos, las que Freire considera “inmorales” para cualquier persona, propone la “pedagogía de la liberación”, este concepto se puede entender de forma clara si primero explicamos cual es la concepción que tiene Freire del hombre y qué cosas le critica a la escuela de su tiempo.

Para este pedagogo brasileño el hombre es propiamente un ser libre y debe, por ende, apreciarse como tal. La pobreza y la ignorancia no son una opción para el ser humano, sino una invención de las clases dominantes para sustentar su propio beneficio, en vez de beneficiar a todos. El analfabetismo es una de estas condiciones involuntarias que surgen de la estratificación social, siendo ésta una “enfermedad social” en sí misma, más que la pobreza.

Dentro de las críticas que Freire hace a la educación, a la que él denomina “educación bancaria” cabe mencionar que es unidireccional, autoritaria y jerarquizada; el rol del maestro es constantemente mitificado, pues se considera que es él (o ella) el único poseedor de conocimiento, por lo tanto es quien “opta y prescribe su opción: los educandos quienes siguen la prescripción” (Palacios, 1999, p. 540) y se mira a los alumnos como un mero objeto.

Para contrariar esto, Freire habla de la “educación liberadora o problematizadora” que es completamente opuesta al modelo tradicional educativo ya que propone desmitificar la realidad; exacerbar el diálogo (que es fundamental en el proceso educativo); despertar la creatividad y el afán crítico; concientizar acerca de la acción sobre la realidad; no discrimina y apuesta por el cambio; no obstaculiza el desarrollo personal, al contrario, lo estimula; potencia la búsqueda del ser de los hombres y mujeres en la comunión y solidaridad y, de esta manera, los emancipa.

Paulo Freire es un revolucionario y progresista que marcó un hito en cuanto a las concepciones de la educación de nuestros días, mostró empíricamente que hay otras formas radicales de concebir y modificar la realidad latinoamericana, incluso en nuestro país y que la única forma de acabar con la reproducción social es generando instancias de cambio, promoviendo valores que no se dan demasiado en una sociedad neoliberal. El peso de la propuesta de Paulo Freire en nuestros días es, en definitiva, un gran cable a tierra para la escuela que conocemos y en la que nos desarrollaremos. Una mejor escuela será aquella que siempre ha de reconocer y promover estos ideales.





Citas:
Palacios, J. (1999). La Cuestión Escolar. Críticas y Alternativas. Capítulo: Freire: Concientización y Liberación.







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